viernes, 25 de enero de 2013

Túnel del Lindane

Ayer fuimos de nuevo a entrenar al Túnel del Lindane, ya que el tiempo no acompaña para poder subir a escalar en roca. Así que, después de unas grabaciones para nuestro amigo Russell, nos lo llevamos como cámara oficial de la sesión.



Así que, a pesar del frío, nos calzamos los pies de gato y nos pusimos manos a la obra... o manos a la presa. Sorprendentemente, ya consigo llegar hasta la presa 19 de golpe y sin problema, y de ahí hasta la 25 también sin mucho problema. ¡A ver cuándo consigo agacharme decentemente!


Por otro lado, Sanba, tras un par de vías...



... decidió hacer una intentona con la vía "Perro Lobo", una en la que daba la impresión de estar bailando el Aurresku ;) . No quiero ni pensar cuándo podré llegar yo si quiera a intentarla...



La cuestión es que, poco a poco, vamos evolucionando:





Y para finalizar la sesión, tras una mañana de risas, orín de gato y escalada, ¿qué mejor para darle finiquito que un pollo con patatas, chorizo y una (mini)caña?


En fin gente, os dejo entonces con un video resumen de ese día, espero que os guste...



Escalador, no hay vía, se hace vía al triscar

Escalar. Según el diccionario, esta palabra puede significar "Subir, trepar por una gran pendiente o a una gran altura" y en otros casos "Levantar la compuerta de la acequia para dar salida al agua". Para mí, significa dar salida a mis problemas, liberar mi mente y, cómo no, superarme en cada sesión.

Nunca he sido un gran deportista, de hecho siempre he sido mediocre en casi todo lo que hacía. Pero he descubierto esta disciplina. Este deporte me llena como ningún otro que haya probado. No puedo negar que me influye mucho el hecho de que estoy practicando un deporte, un arte, con una filosofía muy sólida. Cuando hablamos de una forma de ver el mundo, de una manera de vivir, de un respeto por la naturaleza y el resto de los elementos, no podemos evitar ver, en muchas ocasiones, la escalada como algo... casi místico.

Sé que soy un rarito de esos medio hippie, pero frente a una roca natural (no tratada por el hombre) le pido internamente a la Madre Tierra que me permita conquistar ese trocito de ella. Eso transforma cada brazada en una experiencia única.

Por otro lado, está la parte física. Quizá no estoy bajando tripa, pero noto como mi cuerpo se hace un poco más fuerte en cada sesión. Mis brazos y mis piernas van tomando una forma más firme y robusta que la que tenían hace 6 meses.

Y por último, la comunidad de escaladores. A diferencia de otros deportes, todavía no he encontrado ningún arrogante que se ría de los principiantes (quizá sólo he tenido suerte), pero hasta el momento, las personas con las que he coincidido en el rocódromo han estado más que dispuestas a ayudarme a progresar. Así que mientras la comunidad apueste por mí, yo apostaré por la comunidad.

miércoles, 9 de enero de 2013

Toma de contacto con la escalada en roca

Hola gente, hoy estoy eufórico, no puedo ni escribir de lo machacado que estoy, pero estoy eufórico. Hoy por fin he probado la sensación de escalar en roca.

Antes de nada quiero de nuevo echarle la culpa (o darle las gracias, no está muy claro) a mi colega Sanba por mostrarme este extraño mundo de la escalada. Si ya me gustaba pasear y perderme por espacios naturales, el poder escalarlo añade otro punto de inflexión en mi vida. Supongo que desde hace unos años me persigue una frase que a veces resulta contraproducente: "Que nadie diga que no lo puedes hacer", algo que otros llaman simple y llana cabezonería.

Hoy Sanba me ha mostrado un lugar que, a pesar de estar muy cerca del museo de Peñas Negras, no había visto nunca: "El Laberinto". Esta es su ubicación, :

Ubicación Google Maps

La zona está plagada de rocas, y varias de ellas están equipadas para la práctica de la escalada.


Aquí el señor Sanba preparando los bártulos mientras yo hago cosas útiles como... nada


El lugar tiene vías facilillas para novatos como yo y más difíciles para expertos como Sanba. La que primero intentamos hacer una vía que, al parecer, debía ser una 5b, pero que a mí, al llegar a un pequeño desplome, me pareció un 400c. Tengo que decir que sé que puedo hacerla, pero por desgracia el tiempo no ha acompañado los últimos días y tenía los pies de gato embarrados, así que pienso volver cuando el tiempo lo admita y conquistaré esa vía.




Y tras un par de intentos en los cuales el vértigo y la inexperiencia me jugaron muy malas pasadas, tembloroso y frustrado, decidí intentar otra vía. Efectivamente, era una vía que a mí me resultaba más factible. Pero había un problema para mí, subirme a la vía. Ésta empezaba a la altura de mi tripa y tenía que pegar un salto levantando un cuerpo cebado estas navidades.



Heme aquí fingiendo tranquilidad cuando estaba realmente cagado...
Pero bueno, mi cabezonería lo puede todo y finalmente conseguí pegar el salto y comenzar la vía. Sí es cierto que, a medida que iba subiendo, mi pequeño cerebrito empezó a mandarme mensajes de "Alerta! Estamos ganando altura... ¡RETIRADA!". Eso hizo que empleara una tensión extrema en los brazos, cuando, en mi opinión, no hacía tanta falta. Aun así, gracias al constante apoyo y ánimos de Ugaitz, superé un poco mi miedo y logré llegar.

¡Chúpate esa, vértigo!

Después intentamos hacer otra pero en esa llegué a un punto con un desplome que, por lo menos con mi nivel, me resultaba imposible.

Tengo ganas de volver y darle caña a todas esas vías que tenemos por ahí.